My Civic Workout, un trainer para el activismo
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Uno de los elementos clave hoy en día para que una aplicación o plataforma tenga éxito en Internet es la capacidad de generar reacciones entre sus usuarios. El engagement o compromiso se mide constantemente a través de multitud de métricas. Haber hecho like a un artículo, un RT a un meme o compartir un evento son pequeñas gotas que nos ayudan a medir el nivel de compromiso de nuestros usuarios.
Para conseguir este compromiso se utilizan diferentes estrategias. Por ejemplo, las llamadas a la acción suelen funcionar muy bien, ya que incitan a los usuarios a realizar acciones. Estas acciones generan más visibilidad y por ende más acciones por parte de otros usuarios. Acaba siendo el pez que se muerde la cola.
DEL ACTIVISMO ONLINE AL OFFLINE
La movilización de los usuarios es diferente dependiendo del ámbito en el que nos encontremos. No es lo mismo una marca de comercio electrónico que una organización social. La compañía que trata de vender tiene en cuenta al homo economicus, le ofrece ofertas, descuentos, promociones, premios… pero la organización que tiene como objetivo la movilización social, y que ésta se implique para ayudarles a conseguir sus objetivos, lo tiene más complicado. Deben apelar a los sentimientos y, aunque no es difícil hacerlo con aquellos que ya están convencidos, llegar a aquellos usuarios no convencidos resulta más complicado. Aquí el gancho es diferente y el argumento tiene que aportar algo al usuario, sino —sencillamente— no reacciona. A todo esto hay que sumarle que el principal problema que tienen estas organizaciones con los programas de advocacy (incitar a los usuarios a tomar acciones en un determinado tema ante sus representantes políticos) es que no suele haber traslación entre el mundo online y el offline.
EL ACTIVISMO TAMBIÉN SE ENTRENA
En My Civic Workout. Se basan en el hecho de que con la práctica se consigue aquello que uno se proponga. Y el activismo, como señalan, también es cuestión de práctica, como el ejercicio físico. Para ello lo que hacen es equiparar las acciones de activismo a un plan de entrenamiento y, mediante su newsletter, van proponiendo acciones de menor a mayor intensidad en función del tiempo requerido para llevarlas a cabo.
Cada quince días aproximadamente en su boletín proponen 3 tipos de ejercicio «activista» en función del tiempo de dedicación (5, 10 y 30 minutos). En los ejercicios de 5 minutos suelen recomendar contactar con representantes políticos por algún tema específico; en los de 10, contactar con varios representantes o personalidades relacionadas con la temática propuesta; y en los de 30 minutos, normalmente, proponen acciones dentro del ámbito personal como comprobar si nuestro banco está en una lista de entidades éticas, o si el supermercado en el que compramos cumple con los requisitos de producción responsable; eso sí, facilitando además las herramientas para realizarlas: desde los contactos y perfiles en redes sociales para poder contactar a listados para comprobar los temas propuestos.