Datos abiertos, mentes abiertas
Poder tener acceso a la información pública se ha convertido en un motor que hace avanzar las Administraciones Públicas.
Los procesos de transparencia en las Administraciones Públicas están en plena ebullición. No solo por exigencia legislativa, también por reclamo popular. Poder tener acceso a la información pública se ha convertido en un motor que hace avanzar las Administraciones Públicas hacia un ecosistema más abierto y cercano a la ciudadanía.
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Los primeros encuentros sobre datos abiertos se centraban en aspectos operativos como el valor económico y social de la apertura de datos, las estrategias más destacadas, el contexto legal de la actividad RISP y el papel de la información pública en dicho contexto.
Una vez resuelta la operativa de qué datos abrir y cómo hacerlo, en muchas ocasiones, ha llegado la pregunta: ¿y ahora qué?
Índice de contenidos
Los datos abiertos como motor de innovación
Cuando pensamos en datos abiertos, la primera imagen que tenemos suele ser la de un desarrollador utilizándolos para su programa o aplicación. Y es cierto que la apertura de información pública supone la generación de modelos de negocio a su alrededor, desde las empresas que se dedican a abrir los datos para las Administraciones, a desarrolladores que ven una oportunidad para trabajar con la materia prima del siglo XXI.
Los procesos de innovación pueden ir más allá. Las principales aplicaciones que se generan con los datos abiertos están relacionadas con el transporte y la comunicación. Hoy ya no extraña a nadie poder disponer de una app que nos indique en tiempo real cuánto tiempo queda para que llegue el próximo autobús. También empiezan a ser comunes aplicaciones que nos facilitan el aparcamiento, el transporte público pensando en personas con dificultades de movilidad o el uso de datos abiertos para mejorar la respuesta en situaciones de emergencia.
La colaboración ciudadana a través de los datos también ayuda a mejorar la Administración. Un ejemplo sería el caso de Ben Wellington y los tickets de aparcamiento de Nueva York. Analizando los datos abiertos de la ciudad se dió cuenta de ciertas anomalías en las sanciones que se producían en determinadas zonas de aparcamiento regulado. Gracias a su descubrimiento, el Ayuntamiento pudo mejorar la señalización de esas zonas y acabar con los malentendidos habituales que finalizaban en sanción.
Hay muchos más ejemplos de los que podríamos hablar para mostrar cómo la apertura de datos genera innovación dentro y fuera de las Administraciones Públicas. Es un proceso que no se debe dejar de lado y por el que hay que apostar desde el sector público. Cualquier cambio orientado a la apertura de datos revertirá directamente en la mejora de las Administraciones y, en consecuencia, en la ciudadanía.
¿Más datos significa más confianza?
Cualquiera puede pensar que a más información disponible los niveles de confianza en los políticos deben crecer. Si tomamos como referencia los datos del Global Competitiveness Report y cruzamos el índice de confianza en los políticos con el índice de transparencia en España y Alemania tendremos resultados distintos. Mientras que en Alemania, a medida que se incrementa el índice de transparencia, aumenta la confianza en los políticos, en España la situación es diferente; y, con los datos disponibles hasta 2011, a medida que aumenta la transparencia, baja la confianza en los políticos.
La causalidad de dicho efecto puede deberse a varios factores. Seguramente el hecho de disponer de más información y, por lo tanto, de más capacidad de fiscalización ha provocado que hayan salido a la luz más casos de corrupción.
Y este punto, el de la fiscalización, es en el que los datos abiertos juegan un papel fundamental. Proporcionan la base necesaria para una buena transparencia administrativa. En este sentido, ciudadanía y plataformas de activistas hacen uso de los datos abiertos para seguir la actividad del Gobierno, incluso cuando estos no están disponibles, abrirlos desde la ciudadanía para que la fiscalización pueda realizarse.
En el momento en que esta actividad sea algo habitual y que esté normalizada, seguramente los índices de confianza en los políticos aumentarán a medida que aumenten los de transparencia. Esta confianza es básica para un correcto funcionamiento de la democracia. Fiscalización no quiere decir desconfianza, significa controlar lo que se está haciendo.
Gobernar los datos abiertos
El proceso de apertura de datos significa cambiar en muchos aspectos. No solo como se ha comentado en la mejora de procesos de innovación y de confianza. También tiene efectos directos en la gobernabilidad.
Gobernar el open data es facilitar la toma de decisiones, los procesos de participación y de innovación y la fiscalización mediante el empoderamiento de la ciudadanía. Pero no es una tarea fácil. No es solo cuestión de abrir los datos. Es vital que puedan ser útiles y que se garanticen aspectos básicos como facilitar un acceso libre a los datos o que estén actualizados ya que, de otro modo, pueden surgir verdaderos problemas para que el Open Data sea realmente efectivo.
El ejercicio de abrir datos supone todo un reto para las Administraciones. Tanto en el proceso de apertura, pero sobre todo en la fase posterior en la que se deben de mantener, alimentar, renovar y, en definitiva, procurar que no haya sido solo un movimiento para cumplir con el expediente.
La apertura de datos obliga a las Administraciones a racionalizar sus flujos de información internos. Tienen que poner orden y simplificar procesos. La primera apertura de datos debe realizarse de manera interna. Los datos dejan de estar compartimentados por las diferentes áreas de gestión y se genera un nuevo ecosistema informativo. Todo este trabajo en el back-office repercute directamente en la parte visible, en la relación con la ciudadanía.
Disponer de nuevos indicadores nos conduce directamente hacia las smart cities. Hacia una nueva manera de gestionar y de relacionarse con los ciudadanos y ciudadanas.
Open Data Day
El Open Data Day se celebra este año el 4 de marzo. Es una fecha pensada para promover en el ámbito internacional la cultura sobre los datos abiertos, sobre todo incidiendo en la reutilización. Son muchos los eventos que se ha preparado para la jornada, un total de 309. En Latinoamérica también se han sumado al evento y ciudades como Buenos Aires, Brasilia o Bogotá desarrollarán actividades diversas para celebrar la jornada. En España contamos con el hackatón de Datos Abiertos en Medialab-Prado, que también acoge el Taller de Producción de Periodismo de Datos 2017 “La España vacía”. También hay actos programados en Granada, Valencia y Aragón. Y el que se celebra en Catalunya.
El Open Data Day en Catalunya tendrá lugar en la Fábrica Lehmann coorganizado por ideograma e Iniciativa Barcelona Open Data. El objetivo propuesto es el de evaluar el estado de los portales de datos abiertos de Catalunya, habiendo generado para ello un directorio con 1.090 portales de instituciones públicas catalanas. Por último, destacar el manifiesto proacceso que presenta IHR (Innovación y Derechos Humanos) y que pone su atención en eliminar barreras al acceso a la información y en pedir unos datos de calidad a las Administraciones Públicas de Catalunya.