Después de unos días de vacaciones se hace raro volver a retomar la rutina del día a día. Incluso hay aplicaciones que después de estar unos cuantos días desaparecido te vuelven a ofrecer consejos de inicio como si fueras un recien llegado. A esto hay que sumarle las dudas ante el uso de algunas contraseñas y por supuesto enfrentarse a las actualizaciones que determinadas aplicaciones han implementado en este período.

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Durante estos días de agosto de vacaciones he tenido tiempo de meterme en la piel de Montag (Farenheit 451) y explorar una distopía en la que los libros adquieren un protagonismo no deseado. También me ha dado tiempo de revivir con Homero (La memoria eres tú), Joaquin Carbó (Pantalons Curts), Josep (Josep) y Miguel Ruiz (Los surcos del azar) las vicisitudes de una guerra civil que nunca debería haberse producido. Vamos que me ha dado tiempo para languidecer al Sol, pasear y poder desconectar digitalmente.

Desconexión digital y respuestas automáticas

Y es en este punto, el de la desconexión digital sobre el que quería reflexionar. Los que me conocéis un poco sabéis que desde hace años considero que la desconexión digital es una necesidad, ya sea los fines de semana o un período de vacaciones. Por eso si crees que estás enganchado a la pantalla te recomiendo que sigas el siguiente enlace.

Para poder desconectar digitalmente, aparte de apagar todas las notificaciones, también considero que se ha de gestionar adecuadamente la ausencia. Es decir, además de gestionar los temas pendientes y avisar de tu ausencia, poner al menos una respuesta automática en el mail para avisar que no estás.

Pero hay maneras y maneras. Durante estos días por Twitter he visto algunas que pienso que son un poco radicales, como la de Ismael Labrador en la que anuncia que todo lo que le llegue durante sus días de vacaciones lo borrará sin mirarlo. (leer algunos de los comentarios que le hacen, no tienen desperdicio).

El argumento de querer encontrarse la bandeja de entrada limpia al volver, es como querer que no haya polvo en los muebles al volver de vacaciones. Desde mi punto de vista no es la mejora manera de gestionar la relación con trabajadores, clientes, proveedores, etc. Si para evitar tener que hacer una puesta al día a la vuelta obligas a los demás a volver a enviarte el mismo mail, seguramente alguno se perderá por el camino. Si para no tener que revisar los mails, les obligas a que vuelvan a enviar lo mismo a tu vuelta, ¿qué sentido tiene? Los vas a tener que revisar igual cuando te los manden y además estás obligando a quien te escribe que dedique el doble de tiempo para comunicarte algo.

Otras respuestas automáticas

La gran mayoría de mortales siguen unas pautas a la hora de confeccionar sus respuestas automáticas. Ya sean dadas por la propia empresa, o por consejos que con una mínima búsqueda podemos encontrar por ahí.

Aunque algunos son más creativos con sus respuestas automáticas e incluso ofrecen una playlist a los receptores de su respuesta automática si esta no les ha sentado bien.

Las respuesas OOO (Out Of Office) como he comentado, suelen tener en algunas empresas unas estrictas normas de composición, aunque en la mayoría de organizaciones se deja al libre albedrío de quien las hace. En este artículo de The Telegraph explican muy bien los tipos de respuestas automáticas que te puedes encontrar. Estas van desde las contundentes, a las pasivo-agresivas, pasando por las irritantes.

¿Qué tipo de respuesta automática te gusta más? ¿Cuál utilizas? Eso si usas alguna, ya que también hay muchas personas que no avisan que están fuera.

La solución a la acumulación de mails durante las vacaciones

Tan buena solución es configurar una buena respuesta automática, como enviar un mail antes de irte de vacaciones. Pienso que ambas combinadas son la solución perfecta. Avisar a tus contactos frecuentes que no estarás disponible durante X días, evitará que envíen nada en esas fechas, y si algún despistado lo hace, siempre tendrá un recordatorio con la respuesta automática.