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The Myth of Artificial Intelligence: Why Computers Can’t Think the Way We Do

febrero 23, 2022 biblioteca
The Myth of Artificial Intelligence: Why Computers Can’t Think the Way We Do

Autor: Erik J. Larson 
Editorial: The Belknap Press of Harvard University Press
Año: 2021

Un investigador de vanguardia en el campo de la IA y empresario tecnológico desmiente la fantasía de que la superinteligencia está a unos pocos clics de distancia, y argumenta que este mito no sólo es erróneo, sino que está bloqueando activamente la innovación y distorsionando nuestra capacidad para dar el siguiente salto crucial.

Los futuristas insisten en que la IA pronto eclipsará las capacidades de la mente humana más dotada. ¿Qué esperanza tenemos contra las máquinas superinteligentes? Pero en realidad no estamos en el camino de desarrollar máquinas inteligentes. De hecho, ni siquiera sabemos dónde puede estar ese camino.

Erik Larson, empresario tecnológico e investigador científico pionero que trabaja en la vanguardia del procesamiento del lenguaje natural, nos lleva a recorrer el panorama de la IA para mostrar lo lejos que estamos de la superinteligencia y lo que haría falta para llegar a ella. Desde Alan Turing, los entusiastas de la IA han equiparado la inteligencia artificial con la humana. Esto es un profundo error. La IA trabaja con un razonamiento inductivo, calculando conjuntos de datos para predecir resultados. Pero los humanos no correlacionamos conjuntos de datos: hacemos conjeturas informadas por el contexto y la experiencia. La inteligencia humana es una red de conjeturas, teniendo en cuenta lo que sabemos del mundo. No tenemos ni idea de cómo programar este tipo de razonamiento intuitivo, conocido como abducción. Sin embargo, es el corazón del sentido común. Por eso Alexa no puede entender lo que le preguntas, y por eso la IA sólo puede llevarnos hasta cierto punto.

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Larson argumenta que la exageración de la IA es mala para la ciencia y para la ciencia. La cultura de la invención se nutre de la exploración de las incógnitas, no de la exageración de los métodos existentes. La IA inductiva seguirá mejorando en tareas limitadas, pero si queremos progresar de verdad, tendremos que empezar por apreciar mejor la única inteligencia verdadera que conocemos: la nuestra.

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