La desinformación y las fake news están en la naturaleza humana
La desinformación deliberada y los medios de comunicación social son solo una parte del problema, pero nuestro sentido crónico de percepción errónea no tiene una sola fuente. Se basa en lo que se nos dice, pero también en cómo pensamos. Las investigaciones muestran que la gente a menudo malinterpreta la realidad. Y aunque Internet nos brinda un acceso sin precedentes a la información, hay pocas pruebas de que estemos mejor informados gracias a ella.
CluPad es una publicación que cuenta con el respaldo de los lectores. Para recibir nuevos posts y apoyar mi trabajo, considera convertirte en un suscriptor gratis o de pago.
¿Qué es la desinformación?
La desinformación es un fenómeno complejo que va más allá de la simple difusión de noticias falsas; es parte intrínseca de nuestra naturaleza humana y se ve aumentada en la era digital. Se caracteriza por la difusión deliberada de información errónea o engañosa, con el objetivo de manipular percepciones, emociones y decisiones.
Aunque las redes sociales y el Internet han ampliado exponencialmente su alcance y velocidad, la propensión a creer y compartir información incorrecta no es un problema nuevo. La desinformación se nutre de sesgos cognitivos y preferencias por la información que confirma nuestras creencias preexistentes, creando un ciclo de percepciones erróneas y polarización.
Con la llegada de la inteligencia artificial y herramientas como las que generan fake news de manera automática, la capacidad de diferenciar entre realidad y ficción se vuelve aún más difícil. Aunque no estamos más equivocados de lo que lo estuvimos en el pasado, la certeza de nuestras percepciones erróneas está alimentando una mayor polarización.
Otro concepto relacionado que debemos tener en cuenta es agnotologia: es el estudio de la ignorancia o duda culturalmente inducida, especialmente a la publicación de datos científicos, erróneos o tendenciosos. Y es que uno de nuestros sesgos más importantes es nuestro enfoque natural en la información negativa.
Desinformación e Inteligencia Artificial
En este ámbito, gracias a Futurism pude llegar a Not Real News que como su nombre indica es un sitio de FakeNews para generar desinformación. La clave es que son generadas de manera automática mediante IA (es un proyecto de 2019). Y aunque sea una web demo de Big Bird, una empresa que vende la herramienta para ayudar a periodistas, da que pensar. En Not Real News los contenidos son bastante realistas y no se etiquetan como falsos, lo que puede llevar a engaño si se comparten. Por ejemplo, la noticia de un supuesto ataque de Rusia a la mayor base aérea militar en Turquía. Este es un problema que hoy en día lo padecemos a diario.
Pero, ¿Para quién se diseñó realmente esta herramienta? ¿Puede ser parte de una toolbox para generar FakeNews? Si presuponemos que un periodista ya es capaz de escribir por sí mismo, con esta herramienta perdería el control de lo que cuenta. Sería la IA la que decide lo que explicar. Por lo tanto, quien la domine (la IA), dominará el relato de la realidad.
Discriminación y realidades paralelas
Lo que sí que nos queda claro es que la IA domina nuestro ecosistema de información. Si dejamos su desarrollo solo al mercado, a la política, o solo a aquellos con poder, terminaremos creando un entorno de información distópico que ignora la libertad de expresión e interfiere dramáticamente con la democracia. La supresión del discurso (no aprobado por IA) de un grupo permite otro tipo de discurso, que podría ser políticamente o incluso físicamente peligroso para varios grupos de ciudadanos.
La habilitación de filtros de IA plantea un peligro para el discurso político online ¿Quién los codifica? ¿Quién decide qué aprobar o no? ¿Son las empresas las que tienen que decidirlo? ¿Los gobiernos? ¿Los tribunales? ¿Por presión de trolls y bots?
Un buen ejemplo es que Google redibuja los límites en los mapas dependiendo de quién esté mirando. En The Washington Post explican como la empresa de Silicon Valley altera los mapas bajo presión política. Esta situación ¿Refleja en sus mapas una geopolítica compleja? Y la realidad, ¿puede llegar a ser diferente para cada usuario?