Internet Health Report 2020 – Fundación Mozilla
La Fundación Mozilla acaba de publicar su informe anual Internet Health Report 2020 haciendo un repaso interesante a lo que ha supuesto Internet para el 2020. Un año de confinamientos y de conexiones obligadas en todos los aspectos posibles. Teletrabajo y educación a distancia. Reuniones sociales y profesionales virtuales. Rastreos de todo tipo, desde posibles infectados a control de trabajadores y estudiantes.
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En toda esta situación las grandes empresas de Internet se han afianzado como nunca obteniendo unos beneficios impensables hasta ahora. Su influencia se consolida, pero al mismo tiempo son muchos los que miran con recelo esta acumulación de poder. Gobiernos y políticos las tienen en el punto de mira, trabajadores que alzan sus voces para intentar influir en sus políticas (por ejemplo el reciente sindicato de trabajadores de Alphabet – Google) y otros que intentan redefinir su relación con las plataformas y dejar de ser meras piezas en un sistema de precarización, véase los riders y todos aquellos que forman parte de la economía de plataforma.
También ha sido el punto culminante en el que los algoritmos han llevado al extremo todo lo que comentamos hace un par de días sobre la reproducción de los sesgos sociales. Rastreos masivos, falta de privacidad y polarización social entre otros muchos aspectos llevados al extremo y a los que por fin parece que se les quiere poner freno.
Internet como tal sigue aportando mucho a la sociedad. Canales de comunicación y de expresión. Espacios para el activismo y la crítica y es precisamente este el motivo por el cual es cada vez más habitual encontrarnos con cierres de aplicaciones, plataformas o incluso de conexión de todo un país para evitar que se utilice para coordinar acciones y distribuir información contraría a un determinado régimen. Ejemplos recientes los tenemos en Rusia o Myanmar.
El campo de los derechos humanos ha resurgido y tomado fuerza en una Internet que hasta ahora ha tenido falta de diversidad y en la que se ha discriminado a personas por su condición sexual, de género o religiosa. La ética aplicada a los algoritmos, su enfoque y la legislación que tiene que predefinir la forma que debe tomar internet ya es una prioridad, por ejemplo para la Unión Europea.
Falta por lo tanto encontrar el equilibrio entre la libertad que supone Internet y la regulación que debe tener para evitar el “todo vale”. Hay que regular para el bien conjunto, para alcanzar la universalidad.
Principales datos del informe
El 45% de los servicios cloud son de Amazon.
4 de las plataformas más utilizadas son de Facebook; Facebook, Messenger, WhatsApp e Instagram.
La magnitud de la desinformación en Redes Sociales pese a los esfuerzos por controlarla ha llegado a niveles no vistos anteriormente. El problema no se resuelve con borrar el contenido.
Las mayores plataformas no revelan cómo desarrollan y entrenan sus algoritmos. Hasta el 70% de los vídeos que se ven en YouTube son recomendados por algoritmos sin ninguna supervisión del proceso.
Los procesos de datos son invisibles para los usuarios, pero tienen un alto coste medioambiental. El entrenamiento de un solo modelo de aprendizaje profundo para procesos complejos de IA, como el procesamiento del lenguaje natural, puede emitir tanto carbono como la fabricación y las emisiones durante la vida útil de cinco coches.
Casi la mitad del mundo sigue sin conexión. Estas brechas digitales son especialmente profundas en las regiones menos prósperas, pero existen en todas partes.
En todo el mundo, los hombres tienen un 21% más de probabilidades de estar en línea que las mujeres. Las brechas y desigualdades digitales son más profundas para las mujeres en todas las regiones.
El 58% de las 14.000 jóvenes y niñas encuestadas en 22 países se enfrentaron a abusos o acoso en línea.
La educación a distancia sin internet en casa es un problema grave. Incluso en Estados Unidos, solo el 56% de los adultos con un ingreso familiar inferior a 30.000 USD tenía internet de banda ancha en casa en 2019.
Con la COVID-19 llegaron las apps de rastreo de contacto. Muchos países se apresuraron a desarrollar aplicaciones de notificación de la exposición, pero todavía hay pocas pruebas de su eficacia, así como graves problemas de privacidad y accesibilidad. En algunos países, el uso de las aplicaciones es obligatorio.
Las respuestas a la pandemia incluyen más vigilancia y censura. Las aplicaciones de “cumplimiento de la cuarentena” en numerosos países se prestan al abuso por lo que rastrean y cómo. La pandemia ha provocado nuevas restricciones a la libertad de expresión en línea en al menos 20 países.
Todos los días se cierra internet en algún lugar. En 2019, hubo al menos un cierre de internet en curso cada día en 33 países. Los cierres de internet silencian a los ciudadanos y permiten que las violaciones de los derechos humanos pasen desapercibidas.
Las nuevas tecnologías de control se ensayan con los más vulnerables. Las fronteras de Europa son el campo de pruebas de las nuevas tecnologías de vigilancia. Con una supervisión limitada, los drones y los sistemas de reconocimiento facial se utilizan sobre los migrantes y refugiados, incluidos los niños, con consecuencias para sus vidas.
Las normativas sobre privacidad de datos se aplican más. Han pasado dos años desde que se introdujo el Reglamento General de Privacidad de Datos (RGPD) de Europa, y cada vez se imponen mayores multas a quienes no lo cumplen.
El reconocimiento facial está ahora prohibido en algunos lugares. En Bélgica, Marruecos y algunas ciudades de Estados Unidos, como Portland, Boston y San Francisco, las nuevas normativas o las prohibiciones parciales del reconocimiento facial protegen a los ciudadanos del abuso de poder.
En 2020, los legisladores han cuestionado el dominio de Google, Amazon, Microsoft, Apple y Facebook en impugnaciones y demandas antimonopolio en Europa, Estados Unidos, Japón y muchos otros países.
Los trabajadores de las empresas tecnológicas protestan cada vez más por unas prácticas empresariales éticas, así como por unas mejores condiciones de trabajo.
Los trabajadores de plataforma se movilizan por sus derechos.
La diversidad de género en las big tech aumenta a cámara lenta. También hay pocos cambios en cuanto a diversidad racial y étnica. Esta falta de diversidad influye negativamente en la definición y perspectiva de la IA.
La normativa europea sobre la “IA de confianza” podría cambiar las reglas del juego.
Las ciudades pueden crear normas de compra de tecnología para proteger a las personas. Para proteger a los ciudadanos de los resultados de los algoritmos que pueden despojarlos injustamente de sus derechos y libertades, las ciudades de varios países están desempeñando un papel más activo en la definición de cómo es la IA fiable desde el momento de la adquisición.
Surgen nuevos modelos de datos como alternativa a las grandes tecnologías. En varios sectores están surgiendo muchas iniciativas nuevas que dan a las personas más control sobre sus datos y reparten los beneficios derivados de la recopilación de datos de forma más equitativa.
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TikTok ya no tiene que venderse a Oracle: Biden suspende el bloqueo de Trump y revisará su estrategia frente a las aplicaciones chinas. Al final parece que Biden rehace la posición de Trump frente a TikTok y otras apps chinas ¿Hacía dónde irá?
Redes sociales donde el usuario escoja el algoritmo que le recomiende el contenido: así ve el CEO de Twitter el futuro de Internet. Que lo que vea en Twitter no lo recomiende Twitter sino Facebook o TikTok puede ser generar una burbuja dentro de otra burbuja. No lo acabo de ver claro. Pienso que más que un store de algoritmos de recomendación de estas compañías valdría la pena un set de algoritmos personalizados para que cada uno definiera lo que le interesa ver.
Mastercard se suma a la ola de las criptomonedas: integrará algunas de ellas en su red de pagos. Matercard se sube a la ola de las cryptos tal y como ya había hecho PayPal. Otro paso más en su normalización pese a los continuos avisos sobre la inversión en este tipo de activos y su uso… Al menos parece que ya no se asocia solo al blanqueo de dinero.
Facebook está trabajando en una copia de Clubhouse. Internet se ha hecho con copycat y a diferencia de países como China que ha dejado de imitar para pasar a innovar, ahora parece que Estados Unidos es la que pasa a copiar en lugar de innovar.
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