El coste del consumo a larga distancia
¿Pensamos habitualmente en el coste que tienen los alimentos en términos medioambientales? ¿Qué supone socialmente consumir un producto respecto de otro?
Estas y otras muchas preguntas me vienen a la cabeza cuando veo iniciativas que intentan llevar a cabo un cambio que provoque una reacción en cadena para mejorar la sociedad.
Esta mañana estaba leyendo el artículo de la revista Time Amsterdam Is Embracing a Radical New Economic Theory to Help Save the Environment. Could It Also Replace Capitalism?. Un artículo que muestra una nueva estrategia para hacer las cosas. Una apuesta por un tipo de ciudad más humana, más cercana a las personas y respetuosa con el medioambiente.
La ambición de Ámsterdam es que los 872.000 residentes dentro del donut tengan garantizando el acceso a una buena calidad de vida, pero sin ejercer más presión sobre el planeta de lo que es sostenible. Guiada por la organización de Raworth, el Doughnut Economics Action Lab (DEAL), la ciudad está introduciendo enormes proyectos de infraestructuras, planes de empleo y nuevas políticas de contratación pública con este fin. Mientras tanto, unas 400 personas y organizaciones locales han creado una red denominada Amsterdam Doughnut Coalition -dirigida por Drouin- para llevar a cabo sus propios programas raíz.
Un pequeño ejemplo. Las etiquetas de los alimentos llevan incluido el coste de CO2, su huella ecológica. Proporciona una información que puede hacernos reflexionar sobre hacer un consumo más km0, más responsable.
En esta línea podemos encontrar iniciativas como el proyecto (des)vestint aliments de Ricard Espelt que también tiene como objetivo generar reflexión sobre este tema a través de un experimento artístico:
Cuando se trata de un producto alimentario, su apariencia es difícilmente reconocible por los aspectos relacionados con su trazabilidad (conexiones ambientales, sociales y políticas).
Me gusta ir al mercado los domingos, comprar a pie de calle. Son productos de proximidad, de Km0, al menos la mayoría se han producido cerca. Y no solo es el consumo del producto. También es la generación de capital social en torno a ese tipo de consumo.
Cuándo veas un precio pregúntate cuanto ha costado traerlo o cuál es su huella de carbono. Hay herramientas que te pueden ayudar a ser consciente de lo que puede costar traer un teléfono desde China, o un kilo de naranjas desde California. Una que creo está bien y es bastante completa es Calculator Carbon Footprint.
5 noticias que no debes dejar escapar
Francia identifica a hackers vinculados a Rusia en un gran ciberataque. Tras un ciberataque y descubrir su procedencia ¿a quién se le hace responsable? Es decir, Francia identifica a los autores, que son rusos. ¿Pero es Rusia responsable? Estamos en una guerra digital permanente, una guerra que cambia las reglas del juego.
El Kremlin está abierto a Clubhouse y está considerando la oferta de @elonmusk de charlar con Vladimir Putin @EKremlinrussia en el nuevo hype de las RRSS. #DiplomaciaDigital
Google ha firmado un acuerdo con los medios de comunicación en Australia. Después de amenazar con irse, acaba utilizando una fórmula similar a Francia. Este será el nuevo modelo -> Google pagando a los medios… Hay que repartir el pastel.
Parler vuelve con un nuevo CEO. Mark Meckler, abogado, activista político y fundador de Tea Party Patriots. Ahora se aloja en EPIK el mismo sitio que GAB “Dios los cría y ellos se juntan”.
Denuncia masiva contra TikTok por fomentar la publicidad engañosa entre menores y otras “prácticas abusivas”. TikTok sigue con sus polémicas, en esta ocasión por publicidad encubierta dirigida a menores y por no protegerlos como debería, lo cuenta @CdelCastilloM en @eldiarioes.