Negacionistas científicos y los objetivos del nuevo orden mundial
La pandemia de la COVID-19 tiene muchas derivadas. No sólo nos está afectando en el ámbito de la salud. Es evidente que la economía también está sufriendo. Las restricciones que afectan a determinados sectores y, en estos momentos, las bajas provocadas por la variante OMICRON son los principales vectores de incidencia que evitan una recuperación plena. Y lo que es peor, las propias democracias se están resintiendo de ello. Los negacionistas científicos encarnados en los anti vacunas intentan socavar un modelo que ha demostrado ser el menos malo de los sistemas políticos, tal y como dijo Winston Churchill.
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Djokovic y la #DictaduraSanitaria
Las medidas que van adoptando los gobiernos para intentar contener el avance del virus y evitar que su impacto en la sociedad sea mayor, tienen una reacción negativa en parte de la sociedad. La obligatoriedad de las vacunas empieza a hacerse realidad y el uso del pasaporte COVID es algo que ya es parte del día a día. La vuelta de la mascarilla en exteriores y tantas otras cosas como los toques de queda y el cierre del ocio nocturno están poniendo de culo a una parte de la población. Y este hartazgo por una situación que nos ha cambiado la vida a todo el mundo proporciona una entrada perfecta para la desinformación y en este caso para el negacionismo científico.
En estos momentos el tenista Djokovic está pendiente de poder entrar a Australia para poder jugar. Esta cuestión provocada por la no vacunación del tenista está enfrentando a Serbia y Australia. Y está convirtiendo al tenista en la imagen rebelde que toda causa necesita.
Si a esto le sumamos el oportunismo de algunos, podemos encontrarnos con explosiones de hashtags como el #DictaduraSanitaria. El siguiente gráfico muestra el impacto de 34.040 tuits con el hashtag durante los últimos días.
Y sí, es un hashtag que tiene su actividad, pero que el 6 de enero de 2022 inicia un pico de publicaciones muy inusual. La causa es un tuit de @alvisepf que también ha tenido su amplia distribución por grupos de Telegram vinculados a entornos negacionistas y de extrema derecha. Que como ya comenté en “Sois idiotas y al final del invierno estaréis muertos” son dos entornos que van de la mano.
El grafo que tenéis a continuación es la visualización de esos 34K tuits. Se ven claramente algunas comunidades, con dos polos diferenciados. En la parte de la derecha hay una nebulosa con algunos centros de gravitación bien definidos. Podemos ver a @alvisepf, que tiene su espejo a @tere_marinovic. Y todo sea dicho el tuit de @tere_marinovic es anterior al de Alvise. Este solo introduce unas pequeñas variaciones. Por lo que hace al resto, @planchabragas pone de ejemplo para sus argumentos a Djokovic, igual que @crismartinj. Y si ya nos vamos más al extremos nos encontramos a @mamelaflalloflo que ya va más allá y se convierte en el ejemplo perfecto de la “ley de Godwin” equiparando la obligatoriedad de las vacunas al código de Nuremberg.
Por lo que hace a los críticos del hashtag, se sitúan en la parte izquierda del grafo. Son menos y tienen dos focos principales. @chewnanot en la que critica que para algunos usuarios todo es dictadura, menos la de Pinochet, haciendo una crítica a la derecha chilena y su crítica de las medidas anticovid. El otro usuario relevante es @damarisIntriago que desde Ecuador intenta aportar luces sobre el negacionismo científico.
Cómo hablar a un negacionista de la ciencia
Es muy difícil resolver esta situación de manera satisfactoria. Poco hay que hacer ante el que no quiere dejar de creer. Hacer cambiar de opinión a un negacionista ideológico es muy difícil.
Un estudio de Pew Research muestra que es difícil modificar los puntos de vista de la gente. Sólo un 23% de los estadounidenses cambiaron de opinión tras consultar contenidos políticos en redes sociales. En los años 90, la psicóloga Ziva Kunda enunció su teoría del razonamiento motivado, en la que dice que al abordar un tema partimos de una premisa -verdadera o falsa- y buscamos los argumentos que la justifiquen.
Como dialogar con los negacionistas siguiendo los consejos de la ciencia
Hay un libro que nos puede servir de guía para poder hablar con un negacionista. En “How to talk to a Science Denier” Lee McIntyre investigador de la Universidad de Boston, expone que al colectivo negacionista «solo se le puede hacer cambiar de opinión a través de un diálogo respetuoso, cara a cara y basado en la confianza». Una confianza que no se gana en una tarde, pero que sí que se puede perder en un momento. Una falta de confianza en las instituciones que se ve potenciada por la creencia de conspiraciones. Para la mayoría hay un nuevo orden mundial amparado por el comunismo y con unos objetivos muy claros.
No entrar de frente atacando sus postulados y no perder el respeto parece que es lo único que puede funcionar. Aunque lo más probable es que se produzca el efecto contrario.
El investigador Brendan Nyhan publicó un estudio titulado ‘Cuando las correcciones fallan: La persistencia de las percepciones políticas erróneas’ donde habla del “efecto contraproducente” o ‘backfire effect’. Explica que presentar una argumentación verdadera a una persona que está equivocada y altamente convencida de sus ideas será contraproducente, ya que esa confrontación le hará aferrarse aún más a su postura preliminar, aunque sea claramente errónea.
Os referencio otro libro, del que ya hablé en su momento, que explica perfectamente todo esto de la desconfianza. Mistrust, escrito por Ethan Zuckerman, director del Center for Civic Media del MIT, expone como la desconfianza puede mover el mundo, para mal, pero también para bien. Todo un contrapunto para aprovecharnos, para bien, de lo que está provocando todo esto.