El ChatBot del más allá de Microsoft
Una vez pasada la resaca del asalto al Capitolio y de la investidura de Biden podemos volver a problemas más mundanos. Os propongo 5 noticias para iniciar la semana:
Microsoft patenta un chatbot que permitirá hablar con personas que han muerto. No acabo de tener claro si me gustaría hablar con un chatbot que simule ser una persona muerta que haya sido importante en mi vida… Quizá con algún personaje que no conociera. El tema es recurrente y tenemos muchas referencias populares. Tenemos películas como AI de Spielberg, o series como Black Mirror que tocan el tema con mayor o menor acierto.
Google amenaza a Australia con bloquear las búsquedas en su territorio ¿Os imagináis (algunos ya sé que sí) un día a día sin Google? Imagino que otros sacarían provecho como DuckDuckGo. Pero lo interesante aquí es ver como condiciona una empresa la política de un país de una necesidad creada en su ciudadanía. No sé si llegarán a algún tipo de acuerdo como en Francia.
La semana pasada comentamos que Rusia quería multar a los usuarios de servicios de internet satelital como Starlink. Y esta semana con las protestas organizadas para protestar contra la detención de Navalni «el tráfico de Internet en Rusia ha sido vigilado para “restringir el acceso a la información ilegal”.» Una reflexión: Cuando Rusia tenga una Internet propia controlando lo que entre y salga ¿Seguirá siendo Internet?
La euforia del Bitcoin vuelve a poner de moda la minería de la criptomoneda. El gran consumo de energía que necesita el minado de Bitcoin está provocando tantos apagones en sitios como Irán que el gobierno les culpa de la sobrecarga de la red eléctrica. En sitios más cercanos como la Cañada Real, Barcelona o Badalona parece que los responsables de los apagones son las plantaciones de Marihuana.
La continua migración de las empresas Tech fuera de Sillicon Valley es un hecho. Los nuevos polos de atracción como Miami y Austin ponen de manifiesto que no solo los trabajadores gracias al teletrabajo están cambiando sus lugares de residencia, sino que también las empresas pretenden encontrar nuevos ecosistemas de crecimiento sin el peso de las Big Tech sobre sus espaldas.