La nueva regulación en IA de la UE es un escollo para EE. UU.
Poco a poco la Unión Europea se centra en el papel que le queda para liderar algo en Inteligencia Artificial, la regulación y la ética. Estados Unidos y China son los dos grandes líderes del sector y sus Big Tech mediante políticas de hechos consumados son las que van abriendo brecha en los nuevos usos de la IA, unos usos que afectan a todo el mundo, lo queramos o no.
En febrero Ursula von der Leyen aseguró que los datos y la inteligencia artificial son el futuro digital de Europa. Afirmó que este año, 2021, se presentarán propuestas para definir unas reglas para un mercado de datos europeo y un marco para una IA innovadora y confiable. Empieza a haber una apuesta fuerte por convertir a la IA en un eje central de la estrategia europea.
La apuesta de Europa en IA es regulatoria, pero sobre todo ética. Las barreras que impone a las Big Tech han hecho cambiar las reglas del juego en aspectos tan importantes como la protección de datos, véase el RGPD.
Pero todo y con esta situación la configuración de bloques en una nueva partida de una guerra fría cuya principal arma es la Inteligencia Artificial, en Estados Unidos la Comisión de Seguridad Nacional de EE. UU. pide una alianza con la UE para hacer frente a China.
La base de la nueva guerra fría, la nueva geopolítica no es el sistema político, es la tecnología, la IA.
Incluso las empresas apuestan por consolidar los dos bandos. Ex jefe de Google: La tecnología europea “no es lo suficientemente grande” para competir sola con China. A Google le preocupa que una “explosión de políticas nacionales” perjudique el comercio tecnológico entre Estados Unidos y Europa, y considera que la amenaza es mayor que el conflicto comercial entre Estados Unidos y China.
Pero esta acción de lobby de las Big Tech estadounidenses se acaba de encontrar con una piedra en el camino. La nueva regulación sobre Inteligencia Artificial que en breve presentará la UE para controlar el uso de la IA en su territorio.
Esta reglamentación levanta suspicacias en unos EE. UU. mucho más preocupados por contrarrestar a China, ya que sus empresas estarán sujetas a la normativa. Seguro que habría preferido un proyecto de ley más laxo. La vigilancia sigue siendo uno de los principales puntos de fricción de Europa en lo que respecta a la colaboración transatlántica con Estados Unidos.
Europa prohibiría ciertos usos de alto riesgo y limitaría la entrada de otros si no cumplen sus normas. Multas de hasta 20 millones de euros o el 4% de su facturación serán el muro de contención que se presentará el 21 de abril.
El enfoque humanista, centrado en las personas es la guía de esta nueva regulación que no quiere ir tras la estela de las Big Tech norteamericanas, ni por supuesto caer bajo la influencia China y caminar hacia un estado basado en la vigilancia y el crédito social.
Precisamente la vigilancia indiscriminada y los sistemas de crédito social son las primeras prohibiciones que impondrá esta regulación. Otros aspectos que también tendrá en cuenta son el uso de la biometría para la identificación, la necesidad que los sistemas de IA se identifiquen como tales cuando interactúen con una persona – Hola soy una IA… -, más vigilancia para los sistemas de alto riesgo como la conducción autónoma y supervisión para aquellos que influyan en mayor grado en la vida de las personas como los sistemas de ayuda judicial.
En fin, un escollo que debería ayudar a reconfigurar el equilibrio entre EE. UU. y China y su influencia en Inteligencia Artificial en el mundo.
La ciudadanía debe estar vigilante, la sociedad debe ser proactiva en la definición de la visión conjunta de la Inteligencia Artificial. El conocimiento necesario para entender todo lo que implica el uso de la IA debe estar al alcance de políticos y ciudadanos.
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