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El fin de las redes sociales: ¿Qué nos espera en el futuro digital?

julio 7, 2023 CluPad
El fin de las redes sociales: ¿Qué nos espera en el futuro digital?

Ha llegado el fin de las redes sociales tal y como las conocíamos. Ha llegado el momento que dejen espacio a un nuevo paradigma digital.

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  • 🔍 La era de las redes sociales tal y como las conocíamos ha llegado a su fin.
  • 💡 Surgimiento de Twitter y Facebook en 2006, marcando el inicio de la transformación digital.
  • 🌐 Evolución de blogs a redes sociales en sus orígenes.
  • 💬 Interacción social clave en Twitter, Facebook y blogs.
  • 📚 Experiencias previas: Netscape Navigator, Geocities, Messenger, Fotolog, Friendster, MySpace y LinkedIn.
  • 📸 Flickr, Vimeo y YouTube como repositorios de contenidos.
  • 🚀 Nacimiento de Reddit, Spotify, Tuenti, Tumblr, Foursquare, Pinterest, Instagram, Google+, Snapchat, Twitch, Telegram, Discord, TikTok, OnlyFans, Clubhouse y Threads.
  • ⏳ Pérdida de esencia y activismo de clic en lugar de interacción.
  • 📉 Declive de Twitter y el significado de las siglas P2P.
  • 💌 Resurgencia de los boletines electrónicos como esperanza para una Internet más reflexiva.

El fin de las redes sociales: De la interacción a la mera consumición de contenidos

Si nos ponemos en plan abuelo cebolleta a explicar batallitas podemos decir que el año 2006 fue cuando se inició todo lo que hemos conocido como Redes Sociales durante estos casi 20 años. En 2006 abrieron sus puertas Twitter y Facebook. Llegaron a un ecosistema digital dominado en esos momentos por los blogs. Y es que los blogs por aquellos momentos eran lo más. Pero volvamos a los orígenes de las redes sociales. Twitter estaba pensada para decir qué estabas haciendo y Facebook para encontrar a viejos compañeros de clase o amigos con los que habías perdido el contacto.

La interacción social eran la clave, no solo en Twitter y Facebook, también en los blogs. Los agregadores eras espacios de encuentro y de publicación federada. Sitios como Las Ideas favorecían el intercambio de ideas y propuestas, además de generar una «red social» tanto en el plano digital como en el analógico.

Pero en ese momento, en 2006 ya veníamos de experiencias previas (y ahora sí que me pongo en plan boomer total). Yo no experimenté con sixdegrees, en 1997 todavía estaba experimentando con mis primeros accesos a internet con Netscape Navigator, que ese mismo año liberó el código de lo que hoy en día es Mozilla. Geocities ya tenía bastante éxito como lugar de alojamiento digital. Messenger empezó en 1999, Fotolog y Friendster en 2002 y MySpace y LinkedIn en 2003. Creo que si hiciera un poco de arqueología digital podría encontrar mis perfiles en todos y cada uno de esos sitios, todos desaparecidos, excepto de LinkedIn que pienso que goza de muy buena salud a pesar de los años.

En 2004 nació Facebook, pero de manera restringida, no sería hasta 2006 que podríamos darnos de alta todos en masa y reencontrarnos con todo tipo de viejos conocidos, queridos y no tan queridos. En 2004 también llegaron las primeras, mal llamadas, redes sociales especializadas en contenidos. Flickr y Vimeo vinieron a darnos un espacio dónde colgar nuestras fotos y vídeos, aunque el sitio por excelencia para los vídeos llegó al año siguiente, en 2005 y es ni más ni menos que YouTube. Estas últimas, aunque se han denominado como redes sociales, desde mi punto de vista, han tenido más bien poco, al menos con el paso del tiempo, han sido repositorios de contenidos desde donde difundir contenidos a través de todo tipo de canales.

Y llegaron Reddit, Spotify y Tuenti en 2006, junto a Twitter y Facebook. Y a partir de ahí podemos seguir poniendo en la lista a tumblr, Foursquare, pinterest, instagram, Google+, snapchat, twitch, telegram, discord, TikTok, onlyfans, clubhouse… Hasta llegar a la hermana pequeña, Threads, que llega de la mano de Instagram bajo el ala de la gallina madre que es Meta. A propósito, muuuucho cuidado con Threads, en privacidad no es que sea muy respetuosa…

Lo que caracterizó a estas plataformas en un primer momento fue el encuentro, la conversación, el intercambio de ideas, de propuestas. Era normal y habitual que usuarios de diferentes ideologías tuvieran sus discusiones alrededor de un tema presentando sus argumentos, refrendando sus discursos con publicaciones de más profundidad en sus blogs. Pero con la inmediatez de ciertas plataformas, poco a poco, se fue perdiendo esa esencia y el activismo de clic dando un like o una republicación de contenido es a lo más que llega la mayoría de usuarios. Por una conversación entre usuarios que puedas encontrar en una de estas redes históricas, tenemos miles de publicaciones que solo tienen por objetivo generar impacto en métricas. Ya sea para inflar el ego de quien publica o para cubrir los costes de algún departamento o consultora de comunicación.

El fin de las redes sociales

Algo que estaba pensado para la interacción se acabó convirtiendo en algo unidireccional, en otro canal de publicación en el que el significado de las siglas P2P (Peer 2 Peer) han dejado de tener todo el sentido.

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Si a todo esto le sumamos el declive de la que quizá ha sido el pilar central de todo esto gracias a su ecosistema abierto, Twitter, ya tenemos lo que podemos afirmar que es el fin de las Redes Sociales tal y como las conocíamos. Ahora son meras plataformas de consumo de contenidos. Sitios como TikTok te atrapan en su algoritmo como una tela de araña de la que es casi imposible escapar.

El resurgir de los boletines electrónicos: la nueva era de la reflexión digital

Como última esperanza, para una Internet más reflexiva y que puede buscar de nuevo sus orígenes tenemos las newsletters, los boletines electrónicos, en los que la suscripción sustituye al RSS y en los que poco a poco se van viendo interacciones entre ellos a modo de la antigua blogosfera.

Tú seleccionas tus contenidos, a las personas a las que lees. Y si lo crees conveniente, puede poner en marcha tu máquina de pensamientos, de reflexiones, de ideas y compartirla con el mundo.

Durante años publiqué en K-Government, 10 años concretamente. Y desde el 2021, de vez en cuando, os hago llegar lo que me pasa por la cabeza a través de CluPad.

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Me gustan otros boletines, a los que sigo con interés, os pongo una pequeña lista de 10 (con certificado Human Made), a modo de “blogroll“, que os recomiendo:

  1. Periodismo Digital
  2. Con C de Com
  3. Une los puntos
  4. Four Freedoms
  5. Error500
  6. Caminando en el eGobierno
  7. Mixx.io
  8. La Wikly
  9. The Prism
  10. Simon Owens

Más allá de estos 10, la verdad es que leo muchos más. Todos tienen su temática, aportan sus reflexiones, la información que han encontrado interesante, pero por encima de todo el que ha decidido leerlos he sido yo. No ha sido un algoritmo el que los ha seleccionado por mí. Los newsletters es una manera de recuperar la soberanía digital sobre los contenidos que consumimos, son una manera de generar contenidos reflexivos y auténticos. Aunque en este punto tengo que decir que también leo unos cuantos dedicados a Inteligencia Artificial que seguro están generados en gran parte con herramientas de Inteligencia artificial.

En conclusión

En conclusión, la era de las redes sociales, tal y como las conocíamos, ha llegado a su fin. Lo que una vez fue un espacio de encuentro, conversación e intercambio de ideas se ha transformado en plataformas unidireccionales de consumo de contenidos. La inmediatez y la búsqueda constante de métricas han eclipsado la esencia original de las redes sociales, dejando atrás la interacción significativa. A medida que Twitter, considerado el pilar central de este ecosistema, experimenta un declive, surge la necesidad de buscar alternativas para una Internet más reflexiva. Los boletines electrónicos y newsletters se posicionan como una última esperanza, permitiendo a los usuarios seleccionar y compartir contenido de manera más personalizada. En este nuevo escenario, podemos encontrar una oportunidad para volver a los orígenes de Internet, donde la reflexión, las ideas y las interacciones significativas vuelvan a tener un papel central en nuestro mundo digital.

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