Depresión y redes, una lucha entre algoritmos
El 13 de enero se celebra el día mundial de la lucha contra la depresión. «Es un trastorno emocional que afecta a más de 300 millones de personas en el mundo, siendo considerada como la primera causa mundial de discapacidad.»
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La depresión provocada por Internet
Cuando aún estamos inmersos en la pandemia del COVID ya ha quedado de manifiesto que el uso en exceso de Internet durante todos estos meses ha agravado los problemas de salud mental de muchas personas. La inmersión en redes y el alejamiento de la realidad puede provocar que la sensación que tengamos es la de que nuestra vida sea una mierda.
En la actualidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) detalla que más de 322 millones de personas padecen depresión a nivel mundial, siendo España el cuarto país de Europa con más casos y llegando a afectar a 2,4 millones de personas. Además, las tasas de ansiedad y depresión han aumentado en un 70% en los últimos 25 años agravándose aún más en los últimos años por la pandemia.
ABC
Ante este panorama generado principalmente por los algoritmos de la mayoría de apps sociales tenemos una difícil solución. Las cámaras eco a las que nos conducen los algoritmos pueden llevarnos a interpretar la realidad de una manera sesgada.
En The Social Dilemma, Tristan Harris fundador del Center for Humane Technology expone como las plataformas digitales están reprogramando nuestra construcción social de la realidad. Las burbujas de información en las que nos sumerjen aprovechan el sesgo de confianza para hacernos creer que «nuestros razonamientos son más correctos que los de otras personas». De ahí a ser un negacionista científico o un conspiranoico hay un paso.
La maximización de determinados sentimientos en redes como el odio o la vanidad amplifican los prejuicios y determinado tipo de conductas como el acoso en línea o ciberbullying. Por ejemplo, Facebook ignora el impacto nocivo de Instagram en los adolescentes a pesar de ser conscientes de ellos. En sus reportes internos reconocen que «Empeoramos los problemas de imagen corporal de una de cada tres chicas adolescentes», rezaba una diapositiva interna de 2019 o «Los adolescentes culpan a Instagram de los aumentos en la tasa de ansiedad y depresión». Adam Mosseri, el jefe de Instagram, para escapar de la polémica dijo que las redes sociales son como los coches, que hay usuarios que mueren. Más sobre este tema en ¿Aún confías en Facebook?.
La depresión aliviada por Internet
Hay que hablar de la depresión en tiempos de redes sociales. No todo es malo, y de la misma manera que se puede caer en un pozo sin fondo excavado por los algoritmos, también se pueden utilizar para poder salir de él. Os cito tres ejemplos:
- En Brasil, desde la Universidad de São Paulo han diseñado un algoritmo que identifica señales de depresión para ayudar a los pacientes con esta patología interpretando textos y emoticonos. Para llevarlo a cabo han contado con la colaboración de científicos del Departamento de Psicología de la Universidad Federal de São Carlos, del Dartmouth College de Estados Unidos y de las profesoras Agma Traina y Mirela Cazzolato, del ICMC.
- El Proyecto STOP, que usa un algoritmo para detectar tentativas suicidas en redes sociales. Este proyecto está liderado por «Ana Freire, ingeniera informática de la UPF Barcelona School of Management, de la Universitat Pompeu Fabra, tiene como eje central un algoritmo que permite detectar tendencias suicidas en redes sociales “rastreando” una serie de patrones. En su desarrollo y en las acciones de ayuda posteriores participan actualmente varias universidades, hospitales, centros de investigación y fundaciones de España, Francia y Suiza.»
- La ‘start up’ Aimentia Health ha desarrollado un sistema que ayuda a psicólogos y psiquiatras a ser más precisos con el diagnóstico y personalizar sus terapias. En este caso Edgar Jorba con el impulso de la UOC puso en marcha esta empresa que «usa la inteligencia artificial para recoger datos de pacientes y crear un sistema que genera hipótesis sobre el problema y su posible solución.»
Para evaluar las apps que vayan saliendo y ver las que pueden ser útiles @UOCuniversidad pone en marcha EvalDepApps. Para desarrollar este proyecto se ha puesto en marcha un equipo liderado por @CarmeCarrion, investigadora del grupo de investigación eHealthLab y colaboradora del eHealthUOC.
Posibles soluciones
Los chatbots y los amigos virtuales se definen como una ayuda a los pacientes afectados por depresión. Aunque este tipo de soluciones si bien pueden ser útiles, en ningún caso han de sustituir por completo la atención profesional.
Donde quizá se esté avanzando más en el diagnóstico como ya he comentado antes. Recientemente, se ha publicado un estudio en Neuropsychiatric Disease and Treatment sobre los enfoques de diagnóstico y tratamiento de enfermedades utilizando dispositivos inteligentes. En este estudio, la efectividad instrumental se confirmó con el metaanálisis diagnóstico de estudios que demostraron la efectividad diagnóstica para la depresión empleando dispositivos móviles.
Pero desde dónde más se puede hacer, es de la mano del propio usuario. Hay que tener en cuenta que Internet es una asesina del tiempo nos absorbe y nos tiene enganchados a la pantalla. Y es que el que se aburre en Internet es porque quiere, pero como para todo hay que saber poner unos límites. Para eso te recomiendo los 5 puntos para desconectar el fin de semana que ya compartí hace un tiempo.